Enfrentamiento. En febrero pasado, un grupo
de comerciantes del Centro enfrentó a tiros a varios colombianos que los
extorsionaban con el método conocido como gota a gota
QuePasaCOLIMA.- La gran
mayoría de víctimas de las células de colombianos que operan y administran la modalidad
de extorsión conocida como gota a gota no presenta denuncias en su contra y
sólo lo hacen cuando son objeto de amenazas, lesiones y hasta homicidios, lo
que les ha permitido actuar con mayor violencia.
Muestra de
esto son las únicas siete carpetas de investigación que desde 2015 ha iniciado
la procuraduría local por el delito de extorsión en su modalidad de gota a
gota, una cantidad mínima de expedientes frente a las diversas quejas que los
comerciantes del primer cuadro de la Ciudad han hecho de manera pública, en las
que incluso señalan a los colombianos o integrantes de La Unión Tepito como los
responsables.
Además, las
autoridades locales ubicaron un nuevo nicho de este grupo delictivo: los
estacionamientos privados de las alcaldías Cuauhtémoc, Venustiano Carranza,
Miguel Hidalgo, Benito Juárez, Álvaro Obregón y Coyoacán, donde ofertan sus
préstamos a través de tarjetas de presentación o visitando los locales. A
quienes aceptan y luego se niegan a pagar los intereses los amenazan.
Propietarios
de esos establecimientos han reportado que los colombianos —en colaboración con
mexicanos— cuando rechazan sus préstamos entran por la noche a robarse varios
carros.
De diciembre
a la fecha fueron sustraídos 17 vehículos de cuatro estacionamientos distintos,
el mensaje es claro: endeudar a los dueños de esos negocios para que se vean en
la necesidad de pedirles dinero.
La víctima
más reciente fue un pequeño empresario, a quien asesinaron el domingo pasado.
Les dio más de un millón de pesos por 500 mil pesos que le prestaron. Según la
carpeta de investigación FAO/AO-1/UI-1S/ D/01037/03-2019 familiares del ahora
occiso de 52 años revelaron que se negó a seguir pagando los intereses que le
exigían y en represalia llegaron al establecimiento localizado en Álvaro
Obregón para matarlo de un disparo de arma de fuego.
De acuerdo
con los testimonios de algunos trabajadores, el presunto homicida ya se había
presentado con anterioridad en el local para cobrar los mencionados intereses
que debía pagar por el préstamo.
Según los
expedientes abiertos en la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de la Ciudad,
la modalidad de gota a gota empezó a tomar fuerza desde 2015. Las víctimas
siempre fueron comerciantes informales, a decir de los datos recabados por los
agentes de investigación los préstamos eran ofrecidos con la ventaja de no
requerir fiadores ni garantías, pero a los deudores se les pedía una copia de
su credencial de elector.
Una vez
consolidada la deuda, los prestadores regresaban a los establecimientos,
cobraban altos intereses sobre los pagos programados y ante la imposibilidad de
realizarlos los amenazaban y golpeaban; además, les robaban mercancía.
A pesar de
que algunos liquidaban la deuda, continuaban las extorsiones y agresiones.
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