QuePasaCOLIMA.- Botones
de pánico, silbatos, cámaras de seguridad, binzas y organización vecinal son
las armas con las cuales el barrio de Jalatlaco declaró la guerra a la
delincuencia y ganó. Unidos, en menos de un año lograron lo que la autoridad no
pudo, disminuir el índice delictivo en la zona.
Son una
veintena de comercios establecidos sobre Calzada de la República los que
integran el comité de seguridad que además de brindarse protección, también
actúan para ayudar a quienes han sido víctima de delitos transitando en la
zona.
“Oímos el
silbato, luego sonaron el botón de pánico en la esquina, yo salí con la binza y
a lo lejos vi como venía corriendo el ratero. Alcancé a cruzar la calle y lo
agarré con la binza. El tipo retachó contra la palmera y ya estaban todos los
vecinos aquí, listos. Salimos todos, lo amarramos y lo dejamos en la esquina
del poste”, relató Manuel Rey, integrante del comité de seguridad.
El ratero
había despojado de su celular a una estudiante, para ello la había jalado del
cabello y golpeado, algunas personas que se dieron cuenta corrieron tras el
delincuente para recuperar el celular. Enojados por la manera violenta en la
que había cometido el ilícito, la comunidad golpeó y amarró al victimario en un
poste por más de una hora a la espera de la policía la cual nunca llegó.
“Hablamos al
911, la policía nunca llegó, de casualidad pasó una patrulla por aquí. Los
paramos y le explicamos lo que había ocurrido, no hicieron nada”, señaló.
Aquél fue
uno de los últimos episodios ocurridos pues a partir de ese momento la
delincuencia quedó advertida que había organización y cero tolerancia al
delito.
Hartos de la
delincuencia y observando los resultados de sus vecinos, el Barrio de la Merced
buscó reproducir el modelo de organización vecinal para ejecutarlo en sus
calles. Los resultados también han sido positivos.
“Como
vecinos estamos organizados y listos, hemos ayudado a mucha gente. Una vez nos
tocó ayudar a un señor que estaba forcejeando por su celular, yo salí con la
binza y cuando vieron que comenzamos a salir, arrancaron a correr”, agregó.
De acuerdo
con sus cálculos, la inseguridad ha bajado en un 80 por ciento sobre la
calzada, no así hacia la iglesia en donde la oscuridad se convierte en cómplice
del delito.
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